Seguro que te gustaría pagar menos en tus facturas de calefacción y refrigeración. ¿Y si te dijéramos que puedes ahorrar hasta en un 70% rehabilitando tu edificio? Pensarás que es imposible, pero no lo es. Rehabilitar para ahorrar energía es una realidad. Te explicamos lo que es el estándar EnherPit.
La semana pasada te explicamos lo que es el estándar Passivhaus y los beneficios que tiene construir una vivienda así. Es un estándar que por regla general se aplica a viviendas de nueva construcción y que supera la normativa europea de edificios de consumo de energía casi nulo permitiendo ahorros de un 75% en consumo energético.
Pero, ¿qué pasa si el edificio o vivienda ya está construido? ¿Es posible rehabilitar para ahorrar energía? Sí. En una rehabilitación se puede aplicar el estándar EnherPit, que es un estándar basado en el Passivhaus pero adaptado a las viviendas ya construidas en las que sería muy costoso adaptarlas al Passivhaus.
¿En qué se basa el EnherPit? En los mismos principios que el Passivhaus pero teniendo en cuenta las particularidades del edificio o vivienda ya construidos. Por ejemplo, es posible que haya elementos estructurales que no puedan tocarse porque se trate de un edificio de valor histórico. O simplemente que la aplicación del estándar Passivhaus fuera demasiado costosa como para rentabilizarla teniendo en cuenta la vida útil del edificio.
La diferencia entre una rehabilitación EnherPit y una tradicional es la búsqueda de la hermeticidad completa de la envolvente del edificio para lograr un ahorro energético considerable. Ya que en una rehabilitación es imposible conseguirla porque ni los elementos estructurales están preparados, ni las ventanas o conductos de instalaciones están preparados. Por eso, los puntos clave de este tipo de rehabilitaciones son las fachadas y las cubiertas, ya que otros como la orientación de las ventanas no podemos cambiarlos. Es imprescindible por tanto que tanto las fachadas como las cubiertas estén correctamente aisladas para minimizar los puentes térmicos.
Así, la rehabilitación se realiza mediante un SATE (Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior) que garantiza el aislamiento térmico que impide la pérdida de calor en invierno y la entrada del mismo en verano y también la estanqueidad. En ocasiones, no puede realizarse un SATE al tratarse de una fachada protegida, en cuyo caso se hace el aislamiento por el interior. Si este aislamiento interior supera el 25% de las superficie, el edificio se denomina EnherPit+i
Por supuesto, nada de esto es suficiente si no tenemos en cuenta una impermeabilización que garantice que no hay humedades, uno de los grandes peligros en un edificio.
Por eso, es muy importante que tanto el aislamiento como la impermeabilización del edificio estén ejecutados por profesionales que sepan elegir los materiales más adecuados para cada caso y que tengan la experiencia suficiente para colocarlos de manera adecuada.
Quizás estés pensando ahora que hacer una intervención así es muy costoso. Es cierto que aplicar estos criterios en la reforma puede encarecerla alrededor de un 5% pero este sobrecoste se rentabiliza con rapidez con el ahorro en la factura energética. Y hasta este año todavía está en marcha un programa estatal de ayudas a la rehabilitación para reducir el consumo energético.
No solo eso, un edificio bien rehabilitado que ha mejorado su clasificación energética alarga su vida útil, se revaloriza y las viviendas que hay en el son más atractivas para el mercado inmobiliario. Y sobre todo, es mucho más confortable para quienes viven en el.
Como ves, las ventajas de este tipo de rehabilitación superan con creces sus posibles inconvenientes. Si aún tienes dudas, puedes ponerte en contacto con nosotros, como expertos en aislamientos e impermeabilizaciones para que te ayudemos en info@arizonygracia.com