Una de las nueve patologías de los edificios más frecuentes son los atascos. Los atascos pueden afectar a distintas partes de los edificios y producirse por diversas causas. Pueden llegar a suponer un problema importante pero todas tienen solución: la prevención.
¿Dónde se producen los atascos?
Los atascos pueden producirse en los saneamientos enterrados, los no enterrados, las instalaciones de ventilación, la fontanería, las piscinas o el saneamiento de drenaje.
¿Qué consecuencias tienen?
Depende del elemento afectado tienen consecuencias más o menos graves pero en cualquier caso son molestas. Desagües que no tragan correctamente o malos olores son problemas molestos pero de importancia relativa. Sin embargo, roturas de tuberías, que las aguas residuales se desborden o una ventilación deficiente pueden ocasionar graves desperfectos materiales o peligro para la salud de quienes están en el edificio.
En cualquier caso, estos atascos nos obligarán a hacer como mínimo una intervención (en ocasiones de urgencia) de limpieza y desatasco.
¿Qué produce los atascos?
En ocasiones los atascos, sobre todo en sistemas de ventilación, pueden deberse a una incorrecta instalación de los elementos que la conforman. También el paso del tiempo deteriora los materiales que componen las instalaciones y provoca fallos en ellas.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, los atascos son producidos por el mal uso de las instalaciones y su falta de mantenimiento. Te dejamos las más comunes:
- Tirar por los desagües lo que no debemos: toallitas, medicamentos, compresas, alimentos, aceite … Además de causar un daño importante al medioambiente, ya que todo lo que va por el desagüe acaba en nuestras aguas, estos residuos acaban acumulándose en las tuberías más antiguas o las que están instaladas con menor pendiente. Incluso los cabellos que todos perdemos al lavarnos pueden ser causantes de estos tapones de residuos.
- Defectos en las instalaciones: en las obras nuevas es probable que los atascos se produzcan por una mala instalación de los sistemas. Si esto afecta a la ventilación de las bajantes (no llega suficiente ventilación para “empujar” el agua de las bajantes) provoca malos olores en los cuartos de baño y las cocinas. Eso que normalmente conocemos como “olor a cloaca”.
- Rotura de tuberías: por el paso de tiempo las tuberías pueden tener roturas o fisuras que provocan filtraciones de agua en el terreno. Es una de las causas más probable de los malos olores en sótanos, garajes y plantas bajas.
- Nulo mantenimiento de chimeneas de ventilación. La falta de limpieza de las chimeneas y los conductos de ventilación hace que se puedan acumular en su interior polvo, suciedad arrastrada por el viento, alimañas y hojas que imposibilitan que estas instalaciones cumplan su función. Además de malos olores y ambiente poco saludable, en ocasiones son responsables de ruidos desagradables en los edificios.
- Hundimiento del terreno: es una causa muy poco probable, producida por asentamientos irregulares de la tubería provocadas por filtraciones de agua en el terreno. Sin embargo, las consecuencias pueden ser graves para la edificación.
En el siguiente post te explicaremos cómo evitarlos y porqué es importante el mantenimiento de estos elementos. Pero si no puedes esperarte, puedes contactar con nosotros en info@arizonygracia.com y te atenderemos sin compromiso.