Desde hace unos años se ha generalizado el uso de toallitas húmedas en nuestros hogares. Antes estaban reservadas al uso en bebés y en la mayoría de nuestras casas llegaron cuando llegó el primero pero ahora es muy común su uso en adultos.
Es normal, son prácticas, baratas y es muy confortable utilizarlas. Las toallitas nos permiten una higiene exhaustiva y agradable. Por eso, cada vez en más casas se utilizan de forma habitual.
Sin embargo, este uso intensivo está generando muchos problemas porque hemos adquirido la mala costumbre de deshacernos de ellas tirándolas al inodoro como si fueran papel higiénico tradicional. Las toallitas, a diferencia del papel, no son biodegradables, lo que hace que no se deshagan en el caudal de agua de la cisterna. Son arrastradas a través del colector y se van acumulando en los filtros y bombas de nuestras instalaciones formando atascos.
Actualmente se calcula que el 80% de los atascos son producidos por tirar estas toallitas al inodoro. En Arizón&Gracia somos muy conscientes de esto ya que muchas de las llamadas que recibimos para desatascar son problemas derivados de este mal uso. Y esto supone un problema que supera el ámbito doméstico ya que la asociación europea de empresas de saneamiento de aguas apunta a que los atascos producidos por las toallitas, suponen un gasto a las arcas públicas de 500 a mil millones de euros al año.
Aparte de un problema económico supone también un grave problema medioambiental, ya que estas toallitas (kilos y kilos de ellas) llegan a nuestros ríos y mares afectando gravemente a la fauna y flora acuática.
Nunca se debe tirar una toallita por el vater, repetimos, nunca y ninguna. No, tampoco aquellas que en su envase indica que se pueden tirar. Siguen sin ser biodegradables, no se deshacen en el agua si no que por su fabricación, se «disgregan» es decir, se despedazan en el agua en movimiento. Pero unicamente lo hacen si la proporción de agua es suficiente y solo una toallita por descarga. Si hacemos la prueba en un recipiente que podamos agitar podremos ver como una sola sí que se despedaza pero si hacemos la prueba con 3 se apelmazan y no hay manera de deshacerlas.
Así, las inocentes toallitas que utilizamos se convierten en auténticas piedras textiles, masas informes que realmente parecen «monstruos» como podemos apreciar en estas imágenes de desatascos en España y también en ciudades europeas en las que estos atascos han causando graves problemas como podemos ver aquí, aquí o aquí.
¿Feo verdad? Pues no solo eso. Debes saber que además de atascar pueden romper tuberías y bombas de impulsión de los sistemas de depuración, disparando el consumo eléctrico y pudiendo originar desbordamientos de aguas fecales.
Por todo esto, desde Arizón&Gracia, de la misma manera que lo hacen desde las instituciones os pedimos encarecidamente que NUNCA tiréis toallitas al inodoro. Después de utilizarlas tiradlas a la papelera. Os evitaréis problemas indeseados, cuidaremos las infraestructuras comunes y protegeremos a nuestro dañado medioambiente.