El amianto es un material tóxico cuyos perniciosos efectos sobre la salud están ampliamente demostrados. De ahí que, en la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados, haya disposiciones específicas al respecto para su eliminación. Y de entre todas sus presentaciones, la más peligrosa es el amianto friable.
Llamamos amianto friable a aquel cuyas fibras nos están mezcladas con otro material (como el cemento, por ejemplo) que lo hace compacto. Es decir, a aquel que puede desmenuzarse con gran facilidad con las manos o incluso por la acción del aire. Ya os hemos explicado que la peligrosidad del amianto estriba en que las fibras del mismo queden en suspensión en el aire y las respiremos. Si eso ya ocurre con el amianto “compacto” o no friable, podemos imaginar lo que ocurre con el friable.
El amianto friable se utilizaba tradicionalmente en forma de espuma proyectada directamente sobre las superficies para aprovechar sus propiedades aislantes. Es común que esté en techos o paredes de parkings, cuartos de calderas de comunidades…
Como decimos es peligroso para la salud, y la práctica totalidad de sus aplicaciones han superado de manera holgada su periodo de vida útil, lo que significa que realmente es un grave peligro exponerse a ello.
Las enfermedades relacionadas con la exposición al amianto tienen un periodo de latencia muy elevado por lo que tardan muchos años en manifestarse. Actualmente, el amianto produce 88.000 muertes anuales en Europa. En el caso de España, podrían ser 130.000 antes de 2050. Como se puede comprobar, estamos hablando de un problema de salud grave y real.
La legislación obliga a eliminar el amianto de forma segura y legal, y eso implica que lo haga una empresa especializada cuyos equipos estén convenientemente formados, con la equipación y la maquinaria necesaria y que sigan de forma estricta unos protocolos específicos durante todo el proceso para garantizar la seguridad de todos.
Sin embargo, es importante señalar que no todos las empresas especializadas en amianto, tienen la capacidad de gestionar correctamente el amianto friable, que debe ser eliminado mediante un proceso específico llamado confinamiento dinámico que es el único que puede garantizar la seguridad.
Por eso, si sospechas que puede haber amianto friable en tu edificación, es vital que contactes con una empresa especializada como nosotros que garantice su correcta eliminación.
Si quieres más información sin compromiso, contacta con nosotros en el 974 21 82 21