Otro año más, debemos llevar San Lorenzo en el corazón.
En circunstancias normales, hoy en Huesca sería un día de fiesta y celebración. A las 12 se hubiera disparado el cohete que marca el inicio de las fiestas patronales y una marea blanca y verde hubiera inundado las calles de una ciudad que estos días huele a albahaca.
Sería un día de reencuentros, de celebraciones, de disfrutar con la familia. Igual que el año pasado, este año las fiestas se han suspendido debido a la situación epidémica. Es un golpe duro para todos los oscenses pero hay que asumirlo con normalidad y confiar en que el año que viene volveremos a celebrarlo y con mucha más alegría que nunca.
En cualqueir caso, ¡Viva San Lorenzo!