Está presente en nuestras vidas desde hace muchos años. Juguetes, envases, bolsas… es prácticamente imposible mirar a nuestro alrededor y no verlo. La omnipresencia de este material y su bajo coste han convertido su uso en algo habitual para todos. Hace un tiempo, desde Arizón&Gracia os advertimos de las consecuencias del mal uso de las toallitas húmedas y hoy os queremos hablar de otro gran enemigo del medioambiente: el plástico.
Denominamos plástico a gran cantidad de materiales que están constituidos por una variedad de compuestos orgánicos o sintéticos y que son maleables, es decir, que pueden ser moldeados de muchas formas. Es indudable que el uso del plástico ha supuesto un gran avance en nuestras sociedades y que se utiliza en la mayoría de los sectores, desde la construcción hasta el consumo. Sin embargo el bajo coste de fabricación de muchos de los elementos hechos con plástico ha llevado al abuso del mismo. Por ejemplo, las bolsas de la compra y otros elementos hechos de plástico que están diseñados para un solo uso como las pajitas, las botellas de agua o el film de embalar. Por eso, organizaciones como Greenpeace calculan que en 2020 produciremos 500 millones de toneladas de residuos plásticos ¡anualmente!
Recientemente una ley obliga a los comercios a cobrar por las bolsas de plástico que facilitan al cliente con el objetivo de reducir el consumo de las mismas y en un corto plazo se prohibirá la fabricación de pajitas y otros elementos desechables. Fabricar plástico es muy barato económicamente pero muy caro ecológicamente y no solo porque la fabricación sea contaminante.
El problema es también cómo nos deshacemos de estos residuos. La mayoría de los plásticos no son biodegradables. Esto significa que si abandonamos a la intemperie una taza de plástico tardará más de 50 años en destruirse. Cada año millones de residuos plásticos llegan hasta los mares causando auténticas catástrofes medioambientales.
En el Océano Pacífico, se ha formado una isla de 1,6 millones de kilómetros cuadrados formada en su práctica totalidad por plásticos. Un espacio de vastas dimensiones, que comprende el espacio que ocupan Francia, España y Alemania juntas[1].
Muchos animales marinos ingieren por error los plásticos que alcanzan el mar y mueren como consecuencia de ello. Y no solo eso, el plástico que no se biodegrada se erosiona en partículas diminutas llamadas microplásticos que quedan en el agua donde animales filtradores como las almejas o los mejillones las consumiran. igual que otros pescados.
Todo esto llega también al agua que consumimos, bien sea del grifo o embotellada. En Dinamarca, una investigación de la Universidad de Aarhus ha detectado una media de 18 piezas de microplástico en cada litro de agua potable recogida en hogares de Conpenhage[2].
Como podemos ver, el abuso del plástico y no reciclarlo tiene consecuencias nefastas para todos e incluso puede afectar seriamente a nuestra salud, por eso desde Arizón&Gracia os pedimos un compromiso frente a esto. Intentemos reducir la cantidad de plásticos desechables en nuestra vida diaria y sobre todo, reciclemos. ¡No nos olvidemos del contenedor amarillo!.
[1] En el Punto de Mira.(10/09/18) Cuatro
[2] Priscila Guilayn ¡Alarma! Comemos cada vez más plástico invisible. XL Semanal