Os hemos explicado muchas veces que el uso del amianto en España está prohibido desde hace años y también lo que hacemos en Arizón&Gracia para retirarlo con seguridad y cumpliendo las estrictas normativas al respecto.
Sin embargo, en muchos otros países del mundo el uso del amianto no está prohibido. Así, en la mayoría de los países en desarrollo no está controlado ni el uso ni la manipulación de este material, lo que supone un riesgo importantísimo para los trabajadores que están en contacto con el fibrocemento. El mayor consumidor de amianto en el mundo actualmente es China, seguido de India, Rusia, Kazakhstan, Tailandia, Ucrania y Uzbekistan.
Y en muchas naciones dónde está prohibido el uso del amianto, está permitido el «uso controlado» del amianto de crisolito, pese a que hay informes médicos y científicos que en contra. Se da la circunstancia de que Canadá, país en el que las minas de amianto suponían hasta hace poco el motor económico de regiones como Quebec, hasta 2011 fue uno de los mayores exportadores de este mineral. De hecho, en 2010 Canadá produjo unas 100.000 toneladas de crisolito de amianto y se calcula que unos 2.300 canadienses son diagnosticados anualmente en el país de cánceres relacionados o provocados por el amianto.
Afortunadamente, en 2016 Canadá anunció que prohibiría el uso del amianto en 2018, aunque debido a presiones económicas este país se opuso durante años a que el amianto fuera incluido en la lista de materiales peligrosos del Convenio de Rotterdam. Esta postura fue desafortunada ya que en 2013 hubo 580 muertos a consecuencia de mesotelioma (uno de los cánceres que provoca el amianto).
En Arizón&Gracia, como los mayores profesionales de la retirada de amianto en Aragón, nos parece terrible que un mineral cuya insalubridad está ampliamente demostrada y que cada año provoca miles de muertos, siga siendo utilizado en muchos países. Se estima que el amianto producirá 10 millones de muertes en el mundo hasta que sea prohibido en su totalidad.
Sobre todo porque la gran tragedia es que todas estas muertes y enfermedades derivadas del amianto son perfectamente evitables. Y además de la prohibición total, hay que luchar por la obligatoriedad de la retirada del amianto ya existente, no es posible que la mayoría de las conducciones de agua potable sean de fibrocemento ni que esté presente en multitud de elementos con los que convivimos cada día.
Por un mundo sin amianto, por nuestra salud, trabajamos cada día en Arizón&Gracia. Desde nuestro trabajo y nuestra reconocida labor de concienciación e intentando cada día que las administraciones se impliquen en esta labor que nos incumbe a todos.