El certificado energético de las viviendas es obligatorio a la hora de realizar una compraventa o para alquilarla. Sin embargo es mucho más que un mero trámite y puede influir mucho a la hora de su valoración. ¿Sabes lo que es? Te lo explicamos
Si estamos pensando en comprar, vender o alquilar una vivienda seguramente sabremos que es obligatorio que el inmueble disponga de la certificación energética. Sin embargo, es posible que no seamos conscientes de la importancia que tiene y la diferencia entre las distintas calificaciones.
Las viviendas se clasifican por letras que van desde la A (máxima calificación) hasta la G (la peor calificación). Para esta calificación se tienen en cuenta dos variables. Por una parte el consumo de energía (calefacción, aire acondicionado, iluminación…) y por otro las emisiones de CO2 que generan y que contaminan y dañan el medioambiente.
Es importante distinguirlo, porque puede haber viviendas que por su año de construcción carezcan de aislamiento térmico o que estén mal orientadas y por lo tanto tengan una alta demanda de energía, pero cuyas instalaciones de calefacción estén basadas en energías renovables (como la geotermia, la aerotermia o mediante pellets) y por lo tanto tengan pocas emisiones.
Este certificado, que solo puede ser emitido por un técnico certificador, tiene en cuenta ambas variables a la hora de otorgarle una letra. Y esta clasificación puede marcar una gran diferencia a la hora de valorarla. Hay que tener en cuenta que una vivienda de 100 m2 en Huesca de clase A supone en condiciones normales de funcionamiento y uso un gasto anual de suministros de 88,60€ y si es de clase E (la mayoritaria en España) el gasto se dispara hasta 494,32€. ¿Menuda diferencia, verdad? Puedes hacer el cálculo tú mismo en este enlace de la OCU.
Por lo tanto, el grado de eficiencia energética de una vivienda en venta o alquiler puede ser un punto a tener muy en cuenta por arrendadores o compradores. El ahorro energético, además de ser importante para el medioambiente lo es también para nuestros bolsillos, y su clasificación nos da la pista de los gastos que nos supondrá una u otra. Por lo general, tenemos que tener en cuenta que las calificaciones E y por debajo suponen un alto consumo energético que sin duda notaremos en nuestras facturas.
Teniendo en cuenta la mayor conciencia medioambiental y que el precio de la energía sube cada día, lo normal es que este tipo de edificaciones con baja calificación sean mucho menos atractivas para arrendadores, inversores o compradores.
¿Cómo puedo mejorar la calificación de mi vivienda?
Es posible revertir esta mala calificación energética, hacerla mucho más eficiente y revalorizar nuestra vivienda.
Actuando en las medidas pasivas del edificio
Si mejoramos el aislamiento del inmueble al exterior y reducimos los puentes térmicos (SATE en fachada) podemos mejorar considerablemente la etiqueta energética. Por supuesto también cambiando las ventanas por otras de mayor eficiencia, rotura del puente térmico y control solar. De esta manera reducimos considerablemente las demandas energéticas del inmueble.
Las comunidades autónomas habilitan líneas de subvenciones para este tipo de mejoras que no solo actúan en la mejora del medioambiente sino que hacen más confortables y seguros los interiores.
Actuando en las fuentes energéticas
Podemos adoptar sistemas de calefacción, refrigeración y agua caliente (ACS) mucho más eficientes. En el mercado existen multitud de soluciones como calderas de biomasa, geotermia, aerotermia, calderas de condensación, instalación de sistemas fotovoltáicos… Estas soluciones son altamente satisfactorias ya que la reducción de los gastos de consumo se nota desde el primer momento.
Si necesitas obtener el certificado de eficiencia energética o quieres mejorar la calificación de tu inmueble puedes contactar con nosotros en info@arizonygracia.com y nuestro equipo te informará y te aconsejará sin compromiso.
Mejora la calificación de tu inmueble, todos salimos ganando.