En alguna ocasión hemos tenido la oportunidad de contaros cómo hemos participado en obras clave de nuestra provincia. Por su dificultad, su importancia o lo representativa que es en Huesca. Este tipo de intervenciones nos llenan de orgullo porque además de aportar nuestro granito de arena al desarrollo común, confirma a Arizón&Gracia como una empresa puntera en la que se confía cuando se trata de obras importantes.
En este caso, nuestra intervención ha sido en un elemento clave para la seguridad en uno de los puertos de montaña más emblemáticos de Huesca, el puerto de Monrepós, en su intervención más destacada hasta ahora: los túneles de Monrepós. Un conjunto de túneles concebidos para superar el puerto prepirenaico que une la Hoya de Huesca con la comarca del Alto Gállego y que sirve de antesala para llegar a la frontera con Francia.
Los túneles permiten salvar obstáculos geográficos ahorrando muchos kilómetros a los conductores, en este caso en una carretera que registra un gran tráfico sobre todo en invierno. Debido a este tráfico, es vital que todos los túneles tengan las máximas medidas de seguridad para evitar sucesos como el del Tunel del Montblanc que fue provocado por un incendio. Los incendios son precisamente uno de los mayores peligros en un túnel. En un túnel, el fuego y la ventilación actúan de una manera muy particular que puede agravar la situación. Es lo que se conoce como Backlayering, el movimiento del humo o un gas caliente contra la dirección del flujo de ventilación. El humo caliente tenderá a propagarse en ambos sentidos desde el foco, salvo que exista suficiente corriente de aire favorable.
Por eso, las medidas de protección son tan extremas y los túneles hoy en día cuentan con muchas medidas pasivas de seguridad. Una de estas medidas es contar con un depósito. Así, además de nichos de seguridad, refugios o galerías de evacuación, en los túneles hay depósitos de agua para garantizar la extinción de un posible fuego.
Y es precisamente en esta estructura dónde hemos intervenido. Se trata de un depósito contra incendios ubicado en el primer túnel de Monrepós, ejecutado con lámina de EPDM. El EPDM es caucho de polietileno propileno dieno monómero, un elastómero con muy buenas propiedades frente al paso del agua y a los agentes atmosféricos, con muy alta elasticidad y resistencia, lo que lo convierte en un material muy indicado para la impermeabilización de todo tipo de superficies.
Este material, además de presentar una resistencia a los agentes externos óptima se caracteriza por su gran resistencia mecánica, ya que la gran elasticidad que tiene le aporta la capacidad de resistir roturas provocadas por otros materiales. Al tratarse de un depósito de grandes dimensiones, con una capacidad de casi 200.000 litros de agua, la elección del material era clave para garantizar su resistencia y durabilidad.
En Arizón&Gracia, como expertos en impermeabilización, podemos elegir el mejor material posible. Pero de nada sirve un gran material si su colocación no se ejecuta de forma impecable. En este caso, decidimos que la lámina debía ir adherida en puntos singulares y parcialmente en petos singulares, y para conseguir un resultado excelente utilizamos perfilería de anclaje perimetral.
De esta manera, hemos ejecutado otro trabajo excelente con la garantía y la calidad que nos caracterizan y que nos vale la confianza de miles de clientes satisfechos y la participación en las obras más ambiciosas y emblemáticas de nuestra zona.